Cuando el YO te vence

Varias veces he comentado sobre lo que la danza nos provoca emocionalmente y desde hace muchos años que se definió y comprendió el crecimiento del amor propio a través de los caminos del oriental. Pero en este afán de desarrollo personal también hay algo más, un bichito oculto que puede estar alimentándose de nuestra autoestima.

espejo

Cada día me sorprendo más debido al incremento de violencia en nuestra sociedad. Protestas con miles de heridos y destrozos sin límite, bocinas a todo volumen, ciclistas dañando vehículos, peatones pateando ciclistas y un sin número de actividades que son reflejo del «descontento» generalizado, pero ¿dónde está el límite entre hacer notar tu descontento y ofender o dañar a quien está frente a tu disgusto?

Algo similar está sucediendo entre las bailarinas.

Es impresionante ver la violencia verbal con la que muchas de nuestras colegas en Chile, Argentina, Brasil y muchos otros lugares, hacen referencia a sus «rivales» y peor aún, escudándonos en un «me gusta».

Es acaso que no hay un límite en este crecimiento del YO, o será algo inherente de nosotras las mujeres que acostumbramos a menospreciar la belleza y los logros de otra mujer, o bien hay algo más allá que genera el nacimiento de una verdadera fiera.

Claro, a medida que aumentas tus conocimientos eres capaz de reconocer en los demás el nivel técnico, su capacidad interpretativa, calidad de vestuario en fin, y  muchas veces te das cuenta de cuales son las falencias en quien está frente tuyo y son éstas las que preponderan en tu cabeza.

Pero ¿cuál es el límite entre una crítica constructiva y una destructiva? ¿Es acaso tan difícil pensar en que es lo que podría estar provocando tu opinión en la otra persona?

En ocasiones olvidamos que también nosotras fuimos aprendices, que fuimos arrítmicas, que nuestro vestuario estaba pegado con pegamento de pistola y las marcas de los dedos quemados quedaban por varios días, olvidamos también que hubo momentos en los que estuvimos a punto de tirar la esponja por movimientos IMPOSIBLES de hacer.

Referirse a alguien como gorda, peluda, tiesa, vaca o elefanta es, a mi parecer, el reflejo de ti mismo. ¿Será esto debido al afloro de una constante lucha interna?

Me niego a creer que todo lo que podemos ver, tocar, oír y sentir tenga algo malo. Estoy segura de que podemos encontrar belleza, una chispa, una intensión. Todo (absolutamente todo) se puede mejorar SIEMPRE y para ello debemos permanecer en constante evolución.

Leer, estudiar, practicar y compartir debieran ser nuestras prioridades. Aplaudir los pequeños logros y en conjunto lograr una meta mayor.

La danza sin duda nos enseña a que este no es el mundo del más fuerte, sino, es uno en constante movimiento y fluidez. Una danza alegre y llena de energía, no de rabia y competencia.

Hagamonos la siguiente pregunta… ¿Por qué bailo, porque me gusta o porque quiero ser mejor que los demás?

Un pensamiento en “Cuando el YO te vence

  1. cisma dice:

    ¿Eres alumna o maestra de baile? Vaya vaya, muy interesante te sigo :DD Saludos.

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